La resomación, el funeral más verde. La hidrólisis alcalina es el futuro
La resomación es un participante relativamente nuevo en la industria funeraria y presenta una alternativa mucho más ecológica a la cremación tradicional, a la vez que produce un resultado final esencialmente idéntico. En la resomación, el cuerpo se descompone con la ayuda de agua y una solución alcalina. El resultado es agua casi pura y cenizas secas aptas para almacenarse en una urna.
En 2014, la organización de investigación neerlandesa TNO realizó un estudio para una organización funeraria con respecto a las posibilidades de la resomación. Los hallazgos indicaron que la resomación no es solo más respetuosa con el medio ambiente, sino también más rentable que la cremación. Estamos ansiosos por ver que la industria funeraria adopte este método en el futuro.
La manipulación de las cenizas después de la resomación
Tras el proceso de resomación, queda un líquido que se neutraliza con ácido clorhídrico. Esto produce una mezcla de cenizas y agua. Luego, las cenizas y el agua se separan. El agua se puede eliminar de forma segura sin dañar el medio ambiente, mientras que las cenizas (o, más exactamente, los restos de huesos) se pueden manejar de forma similar a las cenizas de la cremación.
La distinción clave entre las cenizas de la resomación y las de la cremación es que la primera produce un polvo más blanco y fino. En promedio, la resomación produce alrededor de un 30% más de cenizas que la cremación. Suponiendo que la cremación produzca entre 3 y 3,5 litros de cenizas, eso significaría que la resomación produciría aproximadamente entre 3,9 y 4,5 litros. Es decir que las urnas actuales quizá acaben siendo demasiado pequeñas. Sin embargo, cada vez es más habitual esparcir parte de las cenizas y repartir el resto entre pequeñas urnas para varios miembros de la familia. Otra tendencia creciente es la de conservar las cenizas en joyas conmemorativas o de recuerdo.